miércoles, 15 de septiembre de 2010

Orwell, idealista

Si hay un autor que me gusta mucho además de Roberto Arlt, Osvaldo Soriano, Rodolfo Walsh (periodistas también) o el negro Fontanarrosa, quienes me inspiraron desde mis tiempos tempranos en la lectura, ese es George Orwell (Erik Blair). Este hombre me ofreció una perspectiva más amplia que algunos libros de historia sobre la decadencia del modelo comunista, socialista o capitalista.
Bastante pesimista su mirada, criticó todo lo que pudo después de vivenciarlo de una forma incómoda..Este hombre inseguro de sí mismo, siempre creyó en su pensamiento sin dar el brazo a torcer, aunque eso le llevara a descuidar su salud de manera fatal.
Peleó en la guerra civil española con los republicanos (en su mayoría campesinos y clases bajas) contra el general Franco. Se alistó al  POUM pensando que podría defender el gobierno democrático español. Aunque vio que las cosas no iban mejor y que la guerra era el preludio a la "Gran Guerra", pero no dejó de pelear por la causa (con los socialistas a quienes había criticado con anterioridad) hasta que las tropas franquistas le dispararon en la garganta y  tuvo la necesidad de desistir. El impacto le daño principalmente las cuerdas vocales, lo dejó sin habla algunos meses pero vivió. Su destino era escribir "homenaje a Cataluña" .


Orwell es una persona que me resulta admirable en su defensa de ideales, y quizá si el hubiera estado conforme consigo mismo, sin sentir culpa de su vida, su infancia,  nunca hubiera luchado como lo hizo, participando en 1941, en la Primera Guerra Mundial, cuando su salud estaba aún peor (tenía tuberculosis).
Muchos de sus amigos "etonianos" (pertenecientes a la escuela de chicos muy prestigiosa en Inglaterra a la que asistió), como Cyril Connolly, creía que Orwell peleaba por causas que no le incumbían. Pero esas luchas que libraba a la par de sus batallas internas le dieron la denuncia al el sometimiento a las clases bajas, el imperialismo, el comunismo, el socialismo y a sí mismo. Escribir le dio la redención. Y esa necesidad de perdón o catarsis se transformó en sus libros.

Mas allá de Orwell, ¿no les pasa pensar, sobre todo al leer a personas que admiran mucho, que hay una tendencia que parece ligar a los más inteligentes con la depresión o la vida díficil? Me pasó muchas veces descubrir que la vida de  varias personas que lograron la sinapsis de mis neuronas sufrieron mucho en su vida.
Quizá sea una impresión mía, o sea "la falta de suerte" en la vida y el pesimismo que acumulan sus mentes las que los lleve a buscar respuestas que otros no tienen, y al momento de hallarlas las compartan con los demás. Serán aquellas cosas que ignoramos y ellos descubrieron o supieron contarnos mejor las que los hacen tan especiales.

 Orwell consideraba que tocar fondo le daba paz. ¿Caer a lo más hondo de un infierno da paz?
Si señores, una vez que estás muchos metros bajo tierra sin escuchar a nadie gritando, dejás de estar aturdido, y sabés que cuando subas nada va a ser peor de lo que viste abajo. Solo resta buscar la salida..


Pueden leer a Orwell en Sin blanca en París y Londres (1933), Los días de Birmania (1934), A Clergyman's Daughter (1935), Mantened la Aspidistra izada (Keep the Aspidistra Flying, 1936), El camino a Wigan Pier (1937), Homenaje a Cataluña (1938), Subir a por aire (1939), Rebelión en la granja (1945), 1984 (1949) y en varios de sus ensayos.

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