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miércoles, 2 de febrero de 2011
Imputabilidad de menores
Muchas veces uno escucha hablar de inseguridad de una manera muy superficial. "El problema es que los chicos hacen lo que quieren", "hacen lo que quieren porque no hay leyes" y cuestiones por el estilo.
El inconveniente es que esta mirada es "simplificista". No se puede abordar la edad de punibilidad abordando solo un eje (legal), el cual ya existe. Tampoco podemos caer en comparaciones con España, Brasil u otros países y usar el remedio de lugares que son social y culturalmente diferentes sin siquiera analizar "la enfermedad" que hay que erradicar en nuestro país.
Pensemos en que los jóvenes son el último eslabón de la cadena del crimen organizado y eluden la decisiva complicidad de políticos, sectores de la policía y del Poder Judicial.
Es conocido que muchos de los delitos cometidos por los menores son bajo el efecto de drogas como el paco. Ahora, ¿disminuyen los delitos si metemos a la cárcel a quienes consumen y dejamos libres a los que venden las sustancias? El negocio de los traficantes, que les aseguro que es muchas veces es visto por la policía o conocido por jueces, no se acaba, siempre hay un joven a quien venderle. Más allá de eso les aseguro que bajo el efecto de una adicción no hay joven que aprenda que hizo algo mal ni que entienda que lo hizo o lo recuerde aún "limpio".
Abordar este tema es amplio, ¿vieron?
Podemos culpar a la familia. Pero ¿cuántas son las familias que tienen hijos que han participado en actos de delincuencia? ¿De qué errores se acusa a esos padres? Posiblemente de su decisión de no enviar a los hijos a la escuela, de no ponerles límites o no saber controlar sus amistades.
Si esas familias son compuestas por personas que trabajan todo el día y no tienen el dinero para mantener las necesidades básicas ni el tiempo para cuidar a sus hijos, no tienen educación para entender que sus hijos deben ir al colegio para progresar ni entienden que ellos puedan tener esa oportunidad, o directamente esos padres han delinquido toda la vida, eso nunca entra a discusión, para los demás esos chicos no son recuperables.
Claro está que quienes fundamentan su opinión posiblemente solo se acerquen a esos jóvenes cuando pasan por Constitución o viajan a su trabajo y los atropellan. Ven en muchos de los niños que piden una moneda a un futuro delincuente en lugar de un niño que no sabe que tiene una oportunidad. Un niño que fue afectado por la pobreza y el hostigamiento posiblemente desde la cuna.
Luego se cruza con ese adolescente que como las personas de su edad que con contención suelen errar, ha sido desplazado de una sociedad que no le enseñó que hay más caminos y encontró los peores, deseó de sus ojos de niño un paquete de snaks y hoy no importa, pero además de vivir va a tener todo lo que no pudo.
En definitiva: Si encerrás a ese joven que nunca tuvo nada, no vas a conseguir más que una frustración, seguida por más delincuencia. Son los menos los que tienen todo y roban. Primero cambiar vidas, enseñar a usar la caña de pescar y los lugares donde usarla. Las leyes ya están por el momento y si luego no bastan los cambios sociales, los penales serán.
Algunos datos a tener en cuenta:
De los 6 millones de niños y jóvenes menores de 20 años que se estiman viven en condiciones de pobreza, más un 98% busca otros caminos contrarios a la delincuencia.
La pobreza trepó en los ultimos 30 años del 7% histórico hasta el actual 35%; a ello se suman el aumento del desempleo y el subempleo, mientras la mitad de los ocupados son empleados de modo precario o trabajan en negro.
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